Vamos que nos vamos. Literalmente.
Rua do infante Dom Henrique 95 - Porto |
He aquí un ejemplo perfecto de cómo desastrar una cafetería que cuenta con una buena ubicación y una decoración cuanto menos atractiva.
No es demasiado complicado, y en el café Pimms saben cómo hacerlo. Comenzamos con un local pequeñito (que las buenas personas nombrarían de íntimo) con un número excesivo de mesas; esto es, que si hay más de tres mesas ocupadas, prepárate para dar codazos y decir ‘’desculpa’’ a diestro y siniestro.
A continuación, presentemos la decoración. Piensa en una pared de espejos que refleja otra pared llena hasta los topes de ensaladeras, gallos y saleros con forma de pájaro, todo ellos de color blanco; el efecto es muy resultón y la verdad es que ninguno ponemos pega en ello. El problema es querer levantarte y, dado el reducido espacio, casi tirar uno de los bols al suelo y provocar un escándalo. Y es que sería mejor reducir las mesas y ampliar el confort, pero oye, que no quiero criticar al imbécil que ha ideado el local…
Nuestra travesía continúa hacia el servicio. El ‘’café blanco’’ cuenta con unas camareras que, como principal elogio, diré que su pelo rojo contrasta con el blanco de las paredes y no es muy difícil de localizar. No sólo ha tardado un eón en servirnos un café y un croasán (lo ha traído en dos viajes separados por un minuto y medio) sino que se ha olvidado por completo traernos un simple vaso de leche, del cual hasta nos había preguntado si la queríamos fría o caliente.
Podríamos pasar todas estas cosas por lo alto, pero cuando llega la hora de pagar sientes un agujero en el estómago, por no decir arcadas. Noventa céntimos por un vaso de leche es una cosa; 1,20 € por un café otra, y 5 euros por un culín (un culín) de baylis en una copa enorme dejan a esta cafetería con unos precios sólo superados por Atelier (la cual destriparem… criticaremos otro día)
Pero tranquilidad; dan una tarjeta de presentación junto con la cuenta, no se sabe si como invitación o como referencia de ''no volver''.
Seguid estos pasos y seréis uno de los sitios menos apetecibles de la ciudad. Sí, al poco de entrar el color y el espacio se vuelven contra ti hasta que sales del local casi corriendo. Lo dejamos para un café de emergencia cercano a la zona de Ribera, pero que quede claro, nada, nada más.
Y reiterando:
-CAFÉ: Marca Buondi; ya la conocíamos, pero por dios, el entorno hace que sepa casi
mal.
-BOLLERÍA: Apenas ves nada en el mostrador (el cual está al fondo), por lo que te guías en una carta en la que al menos ves lo que te van a clavar.
-SERVICIO AL CLIENTE: Lento, ineficaz, pesado, torpe. Chicas guapas.
-PRECIO DE UNA MEIA DE LEITE: 1,20. € Sin duda, están tontos.
No es mi lugar preferido pero ahora lo veo todo mucho más oscuro que antes.....jejej
ResponderEliminarpd: mencanta el punto de servicio al clientes, todo super negativo y chicas guapas, sms subliminal?
"pero oye, que no quiero criticar al imbécil que ha ideado el local…" XDDD
ResponderEliminarYa os dije yo que el camarero de la otra vez era tonto perdido...con lo cuco que es el lugar son ellos los que se lo cargan.
Alba esa cita es genial...
ResponderEliminarlo respeto pero no lo comparto
ResponderEliminarQué no compartes?
ResponderEliminarLa opinión. A Emilio sí que le gusta Pimms
ResponderEliminarA mi también me gusta Pimms.
ResponderEliminar¡Andrés, parcial! ¡Haces más tongo que Alba xd!
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