domingo, 2 de octubre de 2011

Café & Té

El eslabón perdido de la cadena.

C/Melendez, 2-4, 37004 Salamanca
Que hay problemas económicos lo sabemos todos; que no puedes ir de café en café dejándote los cuartos por las tarde, también. Es por eso que a la hora de elegir una cafetería en la que pasar el rato tenemos que hacerlo bien, no vaya que un servicio pésimo o una decoración asquerosa nos hagan echar de menos el euro y pico que cuesta por aquí un café con leche.

Situada en la esquina de la céntrica Calle Meléndez,  con un gran ventanal que conforma dos de las cuatro paredes del local, esta sucursal cuenta con todo lo que podríamos esperar de una cafetería creada en serie; simples sillas y mesas de madera en un local cuya decoración sabe a plástico desde que entras.

Y es que la multitud de productos que ofrecen (todos ellos salidos de cualquier cafetería de serie americana) están embutidos en una estética a caballo entre lo funcional y el diseño, y que sin embargo no satisface ninguna de las dos necesidades. Un cartel enorme de una hamburguesa, por mucho que te informe del producto que está a la venta, no resulta agradable si  te estás tomando un café; y es que Café & Té es también restaurante de comida rápida, lo que ha creado un monstruo mitad cafetería acogedora con una ventana monísima y mitad restaurante lleno de modernas que llegan, comen, suspiran y se largan.

Pero hamburguesas aparte, hablemos del café con leche, ya que con la entrada del frío empieza a apetecer encerrarse con una taza en las manos. Una taza con el logotipo de la cadena, un sobre de azúcar con una ínfima cantidad y una cucharilla sacada de un todo a cien nos cuesta la friolera de 1,50 €. Esto se debe, con total seguridad, a la posibilidad de Wi-fi en el local, que además está anunciado con una pegatina enorme que tapa la mitad del cristal. Eso sí, no hay un sucio periódico para hojear si, como yo, no llevas el ordenador pegado al cuerpo las 24 horas del día.

El café no es nada del otro mundo. Ni de este tampoco. Agua sucia con algo de azúcar mezclado es lo que te tomas a duros tragos, situando este café entre los peores que he tomado nunca. Y el local, que no termina de ser acogedor, tampoco anima a quedarse mucho tiempo escuchando la insípida música que suena en un hilo que parece que no va a terminar nunca.

Si pasas con el portátil (o el jodido mac si molas mucho) y te apetece echar un rato en internet, entra, siéntate y no le prestes mucha atención al agua de váter que te van a servir; o gástate cinco euros en uno de los cócteles de diseño, si es que te lo puedes permitir.

ATENCIÓN AL CLIENTE: Ni sonrisas, ni saludos, ni despedidas. Hasta el camarero está precintado y plastificado.

BOLLERÍA: Más que bollería, hay mil pijotaditas que seguro que están buenas. Pero a ver quién se lo permite. 

PRECIO DE UN CAFÉ CON LECHE: 1,50 €. Ni el mejor Galao.


 PD: No hay foto decente, de momento. 

2 comentarios:

  1. Que sepas que esta tarde he estado en una cafeteria y he sacado fotos para el blog!!
    Por cierto pichón, pon la etiqueta de Salamanca! Muá

    ResponderEliminar
  2. Cómo echo de menos un buen cafelito en compañía de mis hermanas...

    ResponderEliminar