domingo, 3 de abril de 2011

Cafetaria Flor de S.Bento

Antiservicial .

Frente a la estación de tren de Sao Bento
(Dirección por determinar)
Tengo el placer de comentar una cafetería que descubrimos por necesidad; la de aguardar una hora en las inmediaciones de la estación de tren  a la espera de ver si nuestro viaje era o no cancelado. Esto evidencia que el local se encuentra prácticamente a la salida del vestíbulo de la estación, por lo que es ideal para esos tiempos muertos que las compañías ( o el exceso de madrugar) provocan.

Y he aquí que terminan sus cosas buenas.

Tener una terraza que invade la calle, rodeada de obras y en un desnivel no es demasiado acertado; lo es menos aún poner sombrillas de tal modo que ninguna arrojara sombra sobre las mesas. Es tal la cantidad de mesas (su área supera con creces al local en sí) que el escaparate y la entrada pasan desapercibidos, sobretodo teniendo en cuenta que se encuentra entre dos tiendas, una de todo a cien, y la otra de souvenirs horterillas.  

Las vistas desde fuera no son del todo malas; lástima para ellos que tuviéramos una obra justo al lado, y que con tanto tránsito de gente tengas que estar más pendiente de la mochila que del café.

Pero hablemos del servicio. Transcurrieron unos 10 minutos desde que nos sentamos hasta que vimos que nadie nos iba a atender en la terraza, por lo que entramos en el local; alargado, estrecho, agobiante y muy recargado con todo tipo de productos y decoración desconcertante (que me expliquen la foto de Pokémon encima del mostrador). Aunque había una gran variedad de bollería, optamos de nuevo por la meia de leite y salimos a esperar. Y esperar. Y esperar.

Al cabo de un rato te sirven por mediación de un camarero que no te mira a la cara y desde luego no te dice hola.  Un consejo; el café con leche NO es recomendable si el sol pega como pegaba esa mañana, porque además lo sirven muy caliente (Buondi sin espumita); los azucarillos eran dignos de ver, pero no se si por la mala calidad del café o por lo aguado que estaba, al echarle los dos sobres estaba súper dulce. Punto a favor; te alegra el paladar. Punto en contra; quiero un café, no un caramelo.

Como suele ocurrir en las cafeterías en las que todo pinta mal, la peor sorpresa estaba reservada para el final. Al ir a pagar, nos sablaron 1,50 por cada café con leche. Eso, sumado al calor, la tardanza, el mar servicio, el agobio de la gente, nuestro tren que no salía y muchos, muchos otros problemas ajenos a este blog hicieron la sentencia de muerte. Reservamos este bar para un día sin sol en el que la cafetería de la estación (de la cual hablaremos más adelante) esté cerrada.

Reiteremos:

- CAFÉ: Buondi que se torna leche acaramelada cuando le echas el azúcar.

-BOLLERÍA: Mucha variedad, pero con esos precios no me atrevo a pedir.

-SERVICIO AL CLIENTE: Aparte de lentos, desagradables.



-PRECIO DE UNA MEIA DE LEITE: 1,50 €. Nos timaron como a españoles. 

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Queremos café!!!para caramelos,los de los Reyes Magos...

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  2. Normalmente nunca voy al primer café que haya frente a la estación sino al segundo, tercero o cuarto, lo que en el caso de Portugal equivale a decenas de metros únicamente. El que está justo delante siempre es peor y el argumento vale para cualquier ciudad del mundo.

    Enhorabuena por el blog. Soy amante de Portugal y del café, que es casi como decir lo mismo.

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